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Contexto

Los cambios y la degradación del medio ambiente, así como los fenómenos climáticos extremos,ya sean consecuencia de cambios globales o de acciones antropogénicas locales, tienen repercusiones directas e indirectas en los medios de subsistencia, la salud y el bienestar de la población humana.

Estos impactos y la capacidad para anticiparlos, hacerles frente y recuperarse de ellos dependen de las especificidades territoriales locales. En particular, las zonas transfronterizas en las fronteras internacionales plantean problemas específicos que hacen que las poblaciones locales estén más expuestas y sean más vulnerables a los fenómenos adversos. Esto se debe, en particular, a la elevada movilidad de personas, animales y agentes patógenos; al funcionamiento no nominal de los sistemas sanitarios; a la falta de cooperación transfronteriza y de intercambio de datos, información y conocimientos comparables, lo que impide a los países vecinos tener una visión común y compartida de la situación y, por lo tanto, diseñar soluciones concertadas y llevar a cabo acciones conjuntas.

En este contexto, es necesario crear soluciones de adaptación y mitigación aceptables, viables y sostenibles impulsadas por las poblaciones locales, que puedan o deban servir de inspiración a los Estados y las instituciones internacionales a mayor escala. Esto supone un reto especial debido a: una comprensión parcial o errónea de los impactos recíprocos negativos y positivos entre el medio ambiente, los cambios medioambientales y la salud, el bienestar y las prácticas humanas; el hecho de que las comunidades locales rara vez se benefician de las bases de datos y los sistemas de monitoreo existentes; la falta de conocimientos especializados locales y de herramientas abiertas, interactivas y conectadas que apoyen la toma de decisiones en materia de salud, conservación de la biodiversidad, medios de vida y bienestar; y la naturaleza multicultural y multilingüe de las zonas transfronterizas.

David Western, African Conservation Centre

Los pastores masái son tradicionalmente nómadas y se desplazan en función de la disponibilidad de agua y pastos para su ganado. Las intensas sequías de los últimos años han obligado a los pastores a desplazarse con mayor frecuencia, durante períodos más largos y a distancias más lejanas, lo que repercute en su salud y bienestar.

En África Oriental,

Los pastores masái que viven en el sur de Kenia y el norte de Tanzania están sufriendo períodos de sequía cada vez más prolongados. Este fenómeno se ve agravado por el pastoreo excesivo, que reduce drásticamente la disponibilidad de agua y pastos necesarios para la supervivencia del ganado y la fauna silvestre. Esto da lugar a una elevada mortalidad animal, desplazamientos de rebaños y poblaciones, conflictos entre los seres humanos y la fauna silvestre, y problemas de salud entre la población humana (desnutrición, problemas de salud mental, dificultades para acceder a la prevención y la atención sanitaria, condiciones de vida precarias, mayor riesgo de tuberculosis para los pastores que pasan tiempo lejos de casa, VIH/SIDA para los cónyuges separados, depresión, etc.).

En la Amazonía,

Los cambios en la cobertura y el uso del suelo debidos a actividades antropogénicas, especialmente la deforestación para la tala, la expansión urbana, el establecimiento de pastizales o cultivos intensivos, la minería de oro, la construcción de presas, etc., tienen efectos bien documentados en la salud y el bienestar de la población. De hecho, al modificar los hábitats, los reservorios (incluidos mamíferos como murciélagos y monos) y los vectores (incluidos mosquitos, flebotomos y triatominos) de los patógenos (como Leishmania, Plasmodium, virus, bacterias y hongos) pueden proliferar, lo que lleva a la población humana a una mayor exposición a varias enfermedades infecciosas.

Antoine Boyrie y Anne-Elisabeth Laque, IRD, 2012

La deforestación es uno de los cambios más comunes en el uso del suelo en la Amazonía, ya sea para el pastoreo o el cultivo, o para la construcción de infraestructuras como carreteras, viviendas, etc. La deforestación puede favorecer la presencia y proliferación de reservorios y/o vectores de agentes patógenos, así como la exposición de las poblaciones humanas a los mismos. Por lo tanto, puede contribuir a aumentar el riesgo de aparición o recrudecimiento de ciertas enfermedades infecciosas (entre otras, la malaria y la rabia).

En ambas regiones mencionadas anteriormente, existen datos y conocimientos en muchos campos (sobre el clima, el uso de la tierra, la fauna silvestre, la salud humana y animal, etc.) y los marcos metodológicos (Una sola salud, Salud planetaria, Ciencia de la sostenibilidad) están promoviendo ahora enfoques holísticos y vías de cambio (por ejemplo, la teoría del cambio de Una sola salud). Sin embargo, sigue habiendo una falta de observaciones relacionadas con contextos muy específicos; no siempre se tienen en cuenta los conocimientos de las comunidades locales; el descubrimiento, el acceso y la reutilización de datos de un ámbito a otro siguen siendo un reto, ya que requieren múltiples áreas de especialización y el acceso a un gran número de almacenes de datos diferentes y no interoperables; y los enfoques holísticos no están suficientemente equipados para aplicar realmente la transdisciplinariedad.

Vea nuestro video sobre Salud Planetaria / Una Sola Salud

Presentación sobre Salud Planetaria/Una Sola Salud a cargo de Serge Morand en la reunión inaugural de MOSAIC (febrero de 2024).